Sandy y Oreo por Gemma Solano

 

    ¿Puede un cachorro cambiar tu vida? Yo antes creía que no, pero eso cambió cuando conocí a una perrita, Sandy. Sandy y yo, después de mucho tiempo empezamos a ser muy buenas amigas. Fuimos tan buenas amigas que luego me dio un regalo que me hizo muy agradecida de ser su amiga.
     Sandy era una perra tremenda, desmadrosa, enojona y embarazada. Sandy era mi enojona sonriente. Pero sus ojos parecían ser dos luceros que podrían alumbrar mi camino. Sandy vivía en un rancho que era de don Miguel y don Alvarito, en la ciudad de Gilroy, California muy cerca del bosque y del río de Monte Madonna. El rancho donde vivía ella era un viñedo, donde crecían uvas para crear vino. El rancho tenía 9 acres de viñedo, y 2 acres de casa. El rancho siempre olía a carne asada con arroz y frijoles, porque siempre había ollas de frijoles y arroz hirviendo en la estufa.
     Primero, a Sandy y a mí nos encantaba ir a oír el agua del río pegar las rocas como si fueran olas del mar. Durante nuestro camino siempre nos gustaba tocar la corteza del árbol de manzana y sentarnos debajo de él, y probar 2 ó 3 manzanas. Cuando vi que el cielo se empezaba a oscurecer, le dije a Sandy: - ¡Ay, no! Mira, Sandy, el cielo. ¡Me va regañar mi mamá por andar afuera caminando en la oscuridad! Sandy respondió con: -Grrrrr. Cuando llegamos a donde estaba mi mamá, le pedí disculpas, pero se quedó callada. En el silencio sólo se escuchaba el susurro de grillos.
     Luego, noté que Sandy estaba muy cansada y estaba como que algo la estaba molestando. Le caía sangre de la pierna. Grité :- don Miguel… don Alvarito… a Sandy le está cayendo sangre. Respondieron:- Ahorita vamos. Llegaron como balas de una pistola. Luego, dijo don Miguel: -Alvaro es hora. Alvaro respondió:-¿Para qué? Don Miguel dijo: -De tener a un nuevo perro en el rancho, Sandy va a dar la luz. Me confundí cuando dijo eso don Miguel. ¿Qué es dar la luz? Pero me explicó todo mi mamá y me quedé muy incómoda. Después de tener que esperar 30 minutos, nació un cachorro blanco con una mancha negra. Cuando Sandy recuperó su energía, vi que me estaba rasguñando la mano, le di mi atención. Le pregunte:- ¿Que pasa Sandy? Respondió ella:- Arff! Después de haberme gritado, sandy empujo su bebé pará subirlo a mis manos.     En ese momento estaba muy agradecida de ser la amiga de ella. Al crear al hermoso cachorro, Oreo, que me regaló Sandy, aprendí a ser paciente, independiente y también de no depender tanto en mis padres. Crear a Oreo me organizó en mantener mi tiempo y la organización de mi cuarto. Sandy y Oreo me enseñaron esto porque si hubiera tenido un desastre en mi cuarto, Oreo hubiera hecho del baño en mis cosas. También, al pagar yo misma por todos los gastos de mi perro, aprendí a gastar dinero en cosas que verdaderamente valían la pena.