Thursday, March 15, 2018

Mi gran brinco por Stephanie Alonso


     Nunca olvidaré el día que me rompí la muñeca. Yo tenía tres años cuando ocurrió este incidente; estaba en la casa de la niñera. Mis papás me dejaban con la niñera mientras ellos trabajaban. La niñera era muy amable y chistosa y me había cuidado muchas veces. Yo la consideraba como familia.
     Ese día me acuerdo que la casa olía a naranjas porque me acababa de comer una. Yo estaba en la sala y todos los muebles estaban muy acomodados. La casa era de colores oscuros pero me acuerdo que las persianas estaban abiertas y entraba mucha luz del sol. Se sentía que el sol te abrazaba. Eran las doce del día cuando chifló la cafetera. Mi niñera sonrió de oreja a oreja porque por fin se podía tomar su café.
     Cuando mi niñera estaba en la cocina desayunando, yo empecé a jugar. Estaba jugando que “el suelo era lava,” yo no podía tocar el piso. Entonces yo estaba arriba de los sofás brincando de un mueble a otro. Yo estaba muy feliz porque me la estaba pasando muy bien y además porque ya iba a estar la comida lista. Yo iba a brincar del sofá a una mesa que en verdad no era mucha distancia, pero en mi mente iba a hacer un salto muy largo como la distancia del Gran Cañón.
     Di un brinco, pero no llegué. Caí al piso con mi mano por delante. Escuché el crujido, fue mi muñeca. Lo primero que hice fue gritar “¡Ahhhhhhhhhh!”. Vino corriendo con rapidez mi niñera ―“ ¿Qué pasa? ¿Qué te duele?” Lo único que me salió fue “¡Ahhhhhhh!”. Yo no podía pensar, solo sentía mucho dolor. La niñera se dio cuenta de que me estaba abrazando el brazo y fue por alcohol para ponérmelo en el brazo. Además del dolor en el brazo, el olfato del alcohol me estaba quemando la nariz. La niñera ya había llamado a mi mamá y me quede en el sofá con mi brazo sobre mí y yo estaba llorando un río ahí en la sala.
     Cuando llegó mi mamá y papá me vieron en el sofá acostada. Mi mamá se sentó al lado de mí y intentó de extender mi brazo y de repente di un grito tan fuerte que se podía escuchar hasta el universo espacial. Es cuando decidió ella que me tenía que llevarme al doctor. Después que me atendio el doctor nos mandó hacer rayos x, y dijeron que estaba fracturado. Luego fuimos a otro hospital donde me iban a poner el yeso. Me vendaron la mano muchas veces haste que esta bien duro el yeso. El yeso era rosita brillante, cuando terminaron nos dijeron que el yeso lo iba a tener por cuarenta días. En mi mente se me hacía como un eternidad, yo no estaba preparada para eso. Además nos informaron que el yeso no se podía mojar entonces para bañarme necesitaba ponerme una bolsa de plástico sobre el yeso.
     En fin, todavía pude hacer muchas cosas no más con más cuidado. Me acuerdo que mi familia había firmado mi yeso de color rosa brillante. Los cuarenta días en verdad pasaron muy rápido. Hoy me siento saludable y más cuidadosa y menos traviesa. Me transformo este incidente porque me paso algo traumático pero lo supere. Es importante para mi que yo tenga esta memoria porque fue un día muy caótico en mi niñez.

4 comments:

  1. Gracias Stephanie por compartir ese momento que viviste en tu niñez. Lo bueno es que te mejoraste y estas saludable ahora. :)

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  2. Me encanto tus detalles sensoriales

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  3. Me gustó tu historia porque no me sentí perdida y habia mucho detalle y también porque me hizo recordar cuando yo me fracturé mi muñeca también.

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